martes, 10 de noviembre de 2015

LO QUE IMPORTA ES...

Lo que importa sobre el enigma en el Evangelio de San Mateo no es que dice que María tuvo a Jesús de su suegro. Como no tenemos los cuerpos de Jesús y de José no podemos realizar unas pruebas de ADN para ver si efectivamente tuvieron el mismo padre. Lo que sí importa es que hace muchos siglos este enigma hizo creer a las autoridades religiosas que dice que Jesús nació de una virgen y que debido a esa mala interpretación hoy más de la mitad de la población mundial –los cristianos y los musulmanes – supone que Jesús nació de una virgen.
Lo que importa es que este enigma demuestra claramente que debemos cuestionar a las autoridades religiosas. Este enigma no sólo pone en evidencia a las autoridades del cristianismo, sino también a las del islam y las del judaísmo. A las del cristianismo porque estudiaron el Nuevo Testamento durante siglos sin darse cuenta de que su primer capítulo contiene un enigma; a los del islam porque Mahoma dijo que Jesús era un profeta que nació de una virgen; y a las del judaísmo porque un estudio exhaustivo de las genealogías demuestra que la persona que creó las genealogías en los evangelios descubrió los secretos en las genealogías del Génesis * y esto es algo que ellas aún ignoran. Ellas aún no se han dado cuenta de que la genealogía de Caín y la genealogía de Seth se refieren al mismo árbol geneálogico y que al procesar toda la información en el Génesis que se refiere a los lazos familiares se puede descubrir varios casos de incesto, de endogamia y de relaciones extramaritales. Un buen ejemplo es la esposa de Isaac, Rebeca **, cuya madre era Milká, la hermana de Lot, y cuyo padre era Betuel, el hijo de Milká.
Lo que importa es que este enigma nos enseña a ser críticos con los profetas y sus revelaciones. Es obvio que Mahoma cometió un error al considerar que Jesús era un profeta nacido de una virgen. Por lo tanto, debemos cuestionar la naturaleza de sus revelaciones. Sin embargo, ser críticos con los profetas no significa considerarlos impostores que inventan sus revelaciones. No hay ninguna razón para suponer que es imposible recibir una revelación. No es porque algunas personas son daltónicos que no existen los colores. No es porque la mayoría de la gente nunca ha tenido una revelación que es imposible tener una revelación. Hay, sin embargo, una buena razón para investigar lo que sucede cuando alguien piensa que Dios o un arcángel o el universo se ha comunicado con él, y también para investigar las revelaciones. Cuando alguien, por ejemplo, oye una voz que dice que la gente debe sacrificar a su hijo primogénito, ¿cómo sabemos si es Dios o si es el diablo que exige estos sacrificios? ***
Lo que importa sobre este enigma es que al investigar la naturaleza de un profeta, finalmente asociaremos las revelaciones con comunicaciones que nos llegan desde el subconsciente. Nuestro subconsciente funcione como una enorme base de datos. Imagínense que de repente procesamos toda la información que hemos aprendido u observado de manera consciente o no. Es lógico que al buscar todo tipo de similitudes entre toda esa información se pude llegar a muchas conclusiones y así finalmente se puede conseguir una perfecta comprensión de nosotros mismos y del universo. Si nosotros no conseguimos esa buena comprensión de la realidad es porque:
a) pocas personas reciben mensajes de su subconsciente.
b) no toda la información es correcta – Jesús, por ejemplo, no nació de una virgen – y, por lo tanto, siempre debemos cuestionar los mensajes que nos llegan de su subconsciente.
c) como la persona que recibe un mensaje de su subconsciente no sabe lo que le sucede puede fácilmente suponer que estos nuevos conocimientos  – mensajes – sólo pueden venir de Dios, y entonces no los cuestiona.
d) los traumas hacen que nuestro subconsciente no procesa la información correctamente.
Lo que importa sobre este enigma es que al cuestionar a los profetas – Moisés, Jesús, Mahoma, etcétera – se puede unir a los que ahora están divididos por culpa de unas religiones que interpreten a las fuerzas que gobiernan el universo de maneras distintas. Lo que importa es que al asociaciar las fuerzas que gobiernan el universo – Dios – con el principio causa y efecto se puede unir a los creyentes y los no creyentes.
Lo que importa sobre este enigma es que demuestra que también esos doctos agnósticos y ateos que estudiaron la Biblia no procesaron esa información sobre las genealogías de una manera correcta. También ellos han ignorado que la característica más importante de un linaje es que debido a las relaciones extramaritales algunos son son verdaderos y otros supuestos. Mientras que uno puede estar seguro de un linaje femenino, siempre de madre a hija, para estar seguro de un linaje masculino, siempre de padre a hijo, es necesario hacer una prueba de ADN para cada generación que remontamos en el tiempo. Las documentos oficiales no demuestran quién fue el padre de una criatura, sino solo indican quién fue el marido de su madre.
Lo que importa sobre este enigma es que un estudio de las genealogías demuestra que cada vez que la Biblia omite cierta información, o parece contradecirse a si misma, hay algo que todavía ignoramos. Un ejemplo: el Génesis no nos dice quién fue la esposa de Harán porque él engendró a Lot y Milká de una de las esposas de su padre Terah. Otro ejemplo. San Mateo y San Lucas ofrecen linajes distintos de Jesús porque el primero ofrece el verdadero y el último el supuesto.
Lo que importa sobre este enigma es que demuestra que tanto el Evangelio de San Mateo, el primer libro del Nuevo Testamento, como el Génesis, el primer libro del Antiguo Testamento, guardan secretos. Esto demuestra que originalmente llamar a un libro ‘sagrado’ significaba reconocer que guarda secretos y que la palabra ‘religión’, solía referirse a la relectura de un libro sagrado para así descubrir sus secretos. Lo que importa es que ahora debemos preguntar si todos los libros que forman parte de la Biblia guardan secretos o sólo es el caso del primer libro del Antiguo Testamento y del primer libro del Nuevo Testamento. Lo que importa es que ahora tenemos que preguntarnos qué hizo que las autoridades – creyentes y no creyentes – ignoraron estos secretos. Lo que importa es que al cuestionar cómo las autoridades interpretan a los libros sagrados aprendemos a estudiarlos nosotros mismos. Lo que importa es que cuando dejamos de creer en unas autoridades empezamos a creer en nosotros mismos. Lo que importa es que ahora tenemos que preguntarnos quién creó estos libros sagrados y por qué prefería mantener cierta información en secreto durante un determinado período. Lo que importa es que tenemos que preguntarnos quién creó este enigma y por qué quería poner en evidencia a las autoridades en un momento dado. Lo que importa es que tenemos que preguntar qué tiene de especial este momento particular para que, después de casi dos mil años, el enigma en San Mateo revela repentinamente sus secretos ....

* Las genealogías de Jesús en los evangelios de San Mateo y San Lucas tienen la misma dinámica que las genealogías de Seth y de Caín en el Génesis. Las primeras ofrecen la genealogía real, que se basa en el principio ‘padre engendró hijo’. Los últimos ofrecen la supuesta genealogía: mientras que San Lucas dice que se creía que Jesús era el hijo de José, la genealogía de Caín comienza con, "Conoció Caín a su mujer, y ella se quedó encinta y dio a luz a."
** La primera mención de una virgen en la Biblia es en referencia a Rebeca.

*** Buda dijo una vez: "No hay que creer en algo simplemente porque hemos oído; ni en las tradiciones, por su antigüedad; ni en rumores difundidos por chismes, ni con palabras, porque fueron escritos por hombres sabios, ni en fantasías inspiradas por un Deva (y se supone que se derivan de la inspiración espiritual); ni en lo que parece ser lógicamente necesario; ni en la autoridad única de nuestros profesores y maestros; pero debemos tener en cuenta todas las enseñanzas orales y escritas que corroboran nuestras razones y conciencia.

viernes, 6 de noviembre de 2015

LOS PRIMEROS CRISTIANISMO Y LA REENCARNACIÓN

Los primeros cristianos estaban familiarizados con la reencarnación. Antes de formar parte del Imperio Romano, Palestina había pertenecido a los griegos. Fue Alejandro Magno que unió un enorme imperio que puso en contacto entre si a los seguidores de diferentes religiones. Esto, por ejemplo, permitió a los monjes budistas hacer proselitismo en Grecia y Egipto. Por lo tanto, los Judios y también los primeros cristianos eran sin duda familiarizados con el principio de la reencarnación.
El hecho de que Jesús asocia a Juan Bautista con Elías demuestra que él consideraba que Juan Bautista era la reencarnación de Elías (Mt17:11-13). El relato sobre el hombre que había sido ciego desde su nacimiento (Jn9:1-3) hace evidente que Jesús creía en la reencarnación. Demuestra claramente que los discípulos reflexionaron sobre cómo funciona el karma.
La creencia cristiana en un cielo, un purgatorio y un infierno tiene mucho en común con la creencia en la reencarnación. Los católicos creen que aquellos que se portan bien van al cielo; que aquellos que se portan mal van al infierno; y que aquellos que ni se portan completamente bien ni completamente mal van al purgatorio donde reciben una nueva oportunidad. Por lo tanto, ellos también asocian claramente cómo nos portamos en esta vida con lo que sucede después de nuestra muerte.
El concepto de un purgatorio tiene mucho en común con el funcionamiento de nuestro karma. ¿Qué pasa después del purgatorio? Cuando en esta nueva oportunidad que nos dieron ni nos hemos portado del todo bien ni del todo mal, iremos luego a otro purgatorio? Si es así, debe entonces haber un montón de purgatorios. La historia enseña que la humanidad suele cometer los mismos errores una y otra vez. ¿Dónde se supone que están todos esos purgatorios? Cuando reflexionamos sobre estas preguntas vemos que lo más probable es que siempre volvemos al mismo mundo.
La mayoría de los protestantes no creen en el purgatorio. Creen que la gente o bien va al cielo o al infierno. Cuando estudiamos la historia o simplemente observamos a nuestra sociedad vemos sin embargo que la mayoría de las personas ni se portan completamente bien ni completamente mal. ¿Cómo pueden los protestantes entonces creer que después de la muerte uno o va al cielo o al infierno? ¿Por qué se recompensaría a alguién para siempre si no se ha portado completamente bien durante su vida? ¿Y por qué se condenaría a alguién para siempre si no se ha portado mal completamente durante su vida? Los protestantes, por lo tanto, no aclaran lo que ocurrirá con la gran mayoría de la gente, que ni se ha portado completamente bien ni completamente mal.
Los cristianos consideran que el cielo es un lugar agradable y el infierno un lugar terrible. Pero lo que hace que el cielo es agradable y el infierno terrible, no es el lugar en sí, sino la gente que nos encontramos allí. Mientras que en el cielo sólo nos encontramos con los que han aprendido a vivir en armonía con los demás y con el entorno, en el infierno nos encontramos con aquellos que aún no lo han conseguido.

El concepto del infierno tiene mucho en común con el del purgatorio: mientras que los que han aprendido a respetar a los demás y al entorno están preparados para una sociedad armoniosa, todos los demás no lo están. Ellos todavía tienen que aprender lo importante que es vivir en armonía al sufrir las consecuencias por no hacerlo.

jueves, 5 de noviembre de 2015

PILATO Y EL REINO DE JESÚS

Las palabras de Jesús: "Mi reino no es de este mundo" han sido terriblemente mal interpretados. Es por esta razón que hoy en día los cristianos suponen que un paraíso en la tierra es imposible, a pesar de que Jesús era un Judio y creía que es posible.
Este relato da la impresión de que Pilatos, el gobernador romano, era un hombre justo que no encontró ningún motivo para acusar a Jesús y que incluso intentó liberarlo gracias a la costumbre de soltar a un preso durante la fiesta de la Pascua. Pero no debemos ignorar el contexto histórico. En esa época los romanos temían una rebelión. Es lógico que a Pilatos no le gustara en absoluto que a Jesucristo le llamaron el Mesías y el rey de los judíos. El sabía que muchos judíos esperaban del Mesías que les librara de los romanos. Y también sabía que una persona que era considerado el rey de los judíos –Jesucristo era un descendiente directo del rey David, siempre de padre a hijo– podía unir a todas las diferentes sectas judías, y encabezar una guerra contra los romanos.
Es en respuesta a la pregunta de Pilato: “¿Es cierto que te llaman el rey de los judíos?” cuando éste responde: “¡Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuese de este mundo mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero mi reino no es de aquí!”(Jn18:36) Por lo tanto, es evidente que Jesús intentaba tranquilizar a Pilatos, haciéndole entender que no tenía nada que temer porque él se consideraba un líder espiritual y no un líder mundano. El hecho de que era rey de los judíos se correspondía a que era un descendiente del rey David por un linaje siempre de padre a hijo.

Vemos así que estos relatos sobre Pilatos y Barrabás ocultan una realidad compleja: debemos tener en cuenta de que si el Nuevo Testamento aspiraba a ayudar a convertir el cristianismo en la religión oficial del Imperio Romano no se podía permitir criticar a los romanos.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

BARRABÁS

Los evangelios dicen que Pilato deja elegir a la gente entre liberar a Jesús o a Barrabás. Mientras que San Mateo sólo dice de Barrabás que era un preso famoso (Mt27: 16), según San Juan era un ladrón (Jn18: 40), y según San Marcos y San Lucas estaba encarcelado con aquellos sediciosos que en el motín habían cometido un asesinato (Mc15:7 / Lc23:19). Como en arameo, el idioma que hablaron los judíos en aquellos tiempos, ‘bar’ y ‘abba’ significan ‘hijo’ y ‘padre’, literalmente ‘Barrabás’ quiere decir ‘hijo del padre’.

El hecho de que Pilatos deje elegir a la gente entre Jesús y otra persona que se llama ‘el hijo del padre’ sugiere entonces que Pilatoshabía apresado al hijo de Jesús. * Esta ‘revelación’ significa que los judíos no tenían otra elección. Si hubieran optado por Jesús, éste se sentiría culpable de la muerte de su hijo. Además, al elegir a Barrabás optaron por su linaje especial que tantas generaciones más tarde llevaría a la Segunda Venida de Jesucristo.
En el pasado, por culpa de la interpretación convencional de este relato, muchos cristianos, en vez de valorar a los judíos como el pueblo que dio a Jesucristo al mundo, les consideraron como el que se lo quitó. Esa acusación de ser los asesinos de Jesús ha sido responsable de mucho odio y condujo en varias ocasiones a genocidios en los que los cristianos asesinaron a muchos judíos.


* Según la tradición Jesús tenía 33 años en el momento de su crucifixión, pero hoy en día incluso el Vaticano supone que tenía unos cuarente años. Es también la edad que el profeta Mohamed tenía cuando recibió su iluminación, y es también a esa edad que muchas personas tienen una crisis que les hace recapacitar sobre su vida y el significado de todo esto. Esto explica por qué los cabalistas (místicos judíos) creen que es sólo a partir de entonces cuando uno puede entender las Sagradas Escrituras.

martes, 3 de noviembre de 2015

JESÚS: ¿EL MESÍAS?

Los cristianos dicen que Jesús era el Mesías. * Los judios dicen que no lo era. Si tenemos en cuenta el principio de la reencarnación, podemos entender cómo los primeros cristianos pueden haber considerado que Jesús era el Mesías, a pesar de que él no restauró la armonía, que es lo que los judios esperaban del Mesías. Los primeros cristianos pueden haber estado convencidos de que una reencarnación de Jesús – su Segunda Venida – restauraría la armonía en la tierra. Por lo tanto, el Mesías que los judios están esperando puede ser la misma persona que la Segunda Venida de Jesús que los cristianos están esperando.
Dios tiene algo en común con Henoc, y Henoc tiene algo en común con Abraham, David, Josías y Jesús. Por lo tanto, podemos preguntarnos si primero cada 8 y luego cada 14 generaciones, este linaje masculino especial, que va desde Adán hasta Jesús, atrajo a una espíritu muy special después de cruzarse con el mismo linaje femenino especial.
En el caso de que Abraham creó el misterio sobre el que se basa el Antiguo Testamento – más adelante veremos que hay una buena razón para suponer que es así –, no debe sorprendernos que Jesús, una reencarnación de Abraham, descubrió sus secretos.
Los cristianos suponen que Jesús no tuvo descendientes. Sin embargo, no tiene mucho sentido suponer que este linaje masculino especial termina con Jesús. Cuando uno estudia las genealogías en la Biblia, uno puede suponer que la Segunda Venida de Jesús no sólo será una reencarnación de Jesús, sino también un descendiente de Jesús. El hecho de que hay catorce estaciones en el Via Cruces, al igual que hay catorce generaciones desde Henoc a Abraham, desde Abraham hasta David, desde David a Josías y desde Josías hasta Jesús, sugiere que el linaje masculino de Jesús continuó.


*Las autoridades cristianas afirman que Jesús era el Mesías porque salvó al mundo al morir en la cruz, pero ignoran el simbolismo de la crucifixión y lo que se esperaba del Mesías. ¿Hubiera Jesús salvado al mundo si hubiera sido decapitado?

domingo, 1 de noviembre de 2015

LA BIBLIA Y LA REENCARNACIÓN

La reencarnación y el karma son ideas que están estrechamente relacionados entre si. El principio del karma dice que cualquier daño que causamos a los demás, otros lo harán a nosotros en nuestros próximos vidas.
Hillel, un famoso líder religioso judío, del primer siglo antes de Cristo, dijo que la Biblia enseña no hacer a los demás lo que es odioso para uno mismo. De esta manera asociaba claramente a la Biblia con el principio del karma.
Los diez mandamientos se basan en este principio. No es porque Dios prohíbe matar, cometer adulterio, robar, dar falso testimonio en contra de un vecino o desear las cosas que pertenecen a un vecino, que no debemos hacerlo, sino porque no nos gusta cuando otros lo hacen a nosotros.
El karma no toma en cuenta lo que está legalmente permitido o prohibido – la ley permite ciertos robos y asesinatos – sino que toma en cuenta las malas vibraciones que las personas sienten cuando alguien les perjudica. Los que piensan que pueden salirse con su mala conducta tendrán que aprender al ‘sufrir’ las consecuencias.
Las personas que se dan cuenta de que la ley del 'ojo por ojo y diente por diente' se refiere a cómo funciona nuestro karma ya no buscan venganza – saben que hacerlo crea un circulo vicioso de violencia que lleva a más violencia – pero se protegen contra la violencia de los demás estudiando qué circunstancias llevan a la violencia y comó pueden cambiar estas circunstancias.