jueves, 27 de abril de 2017

LA ARMONÍA


Ser o no ser: está una sociedad que no vive en armonía – como la nuestra – destinada a autodestruirse? Ésa es la pregunta. Si es cierto, para evitar nuestra autodestrucción, debemos establecer la armonía. Es mejor hacerlo pronto, ya que en cualquier momento las armas nucleares pueden poner fin a la humanidad.
Cuando reflexionamos sobre la evolución de la humanidad, podemos llegar a la conclusión de que una sociedad que no vive en armonía está destinada a autodestruirse. Para darnos cuenta de esto sólo debemos reconocer: a) que un porcentaje cada vez más pequeño de la población mundial se apropia de un porcentaje cada vez mayor de todos los recursos y que esto aumenta la tensión entre los diferentes grupos de gente y entre la gente y su entorno, y b) que todo (incluidas las armas) se han hecho continuamente más sofisticados, y que ahora que tenemos bombas nucleares es sólo una cuestión de tiempo que éstas sean utilizadas.
Ya que mucha gente interpreta esta hipótesis erróneamente, conviene aclarar enseguida que no señala que nuestra sociedad esté destinada a autodestruirse. Sólo dice que para evitar nuestra inminente autodestrucción – debido a que no vivimos en armonía y disponemos de armas capaces de causar una catástrofe -, debemos establecer la armonía.
Para poder solucionar un problema, primero debemos reconocer que tenemos un problema. Sólo cuando reconocemos que una sociedad que no vive en armonía – como la nuestra – está destinada a autodestruirse, investigaremos por qué tenemos conflictos con los demás y con el entorno.
La lección más importante que la humanidad tiene que aprender
La vida continuamente nos enseña lecciones. Cuando no actuamos de una manera correcta – cuando no respetamos nuestra naturaleza, la naturaleza de los demás, o la naturaleza del entorno –, tarde o temprano sufriremos las consecuencias.
La lección más importante que debemos aprender es que una sociedad que no vive en armonía está destinada autodestruirse. Nuestra supervivencia depende de cómo reaccionamos ante esta hipótesis. Depende de sí descubrimos qué nos impide vivir en armonía o por qué tenemos conflictos.
La invención de las armas nucleares constituye un hito en la historia de la humanidad porque nos permite darnos cuenta de la verdadera naturaleza de nuestra sociedad. El hecho de que hoy dispongamos de armas capaces de poner fin a la humanidad, nos permite darnos cuenta de que estamos todos en el mismo barco, y que cuando éste se hunde, pereceremos todos: ricos y pobres, conservadores y progresistas, buenos y malos, creyentes y no-creyentes.
Antes de que la humanidad dispusiera de armas nucleares, unos pudieron beneficiarse de los conflictos de otros. Hoy la situación ha cambiado. No podemos permitirnos una guerra nuclear, porque no sobreviviríamos. Ya que cualquier conflicto puede degenerar en una guerra nuclear, realmente ya no podemos permitirnos ningún conflicto. Para evitarlos, y así garantizar la supervivencia de la humanidad, en vez de preocuparnos sólo por nuestro propio bienestar, debemos ahora preocuparnos también por el bienestar de todos.         
Es fácil culpar a los demás por lo que va mal en el mundo, pero para evitar una guerra nuclear debemos reconocer nuestra co-responsabilidad. Es cierto que cuando unos se enfrentan a un problema, es en primer lugar su responsabilidad encontrar una solución. Si quieren evitar problemas similares en el futuro, deben descubrir qué circunstancias están en el origen de este problema. Sin embargo, como todo en este mundo está de alguna manera relacionado con todo lo demás, tenemos todos alguna responsabilidad. Y todos por supuesto podemos aprender algo de esta experiencia. Por lo tanto, en vez de enseñar sólo a nuestros familiares las lecciones de la vida, debemos enseñarlas también a los demás.
Mucha gente ‘cree’ que algunas personas son buenas y otras malas y que siempre será así. Sin embargo, la vida nos enseña que todo en el universo sigue el principio causa efecto. Por lo tanto, para evitar que la gente se porte mal, sólo debemos descubrir qué circunstancias les hacen portarse así. Para establecer la armonía lo que importa son las futuras generaciones. No importa si no logramos cambiar a los que ya se portan mal. Lo que importa es evitar que otros les imiten.
¿Qué crees tú que es el sentido de la vida?                                                    

El sentido de la vida es pasárselo bien. Esto parece frívolo, pero no lo es. Para evitar las experiencias desagradables debemos aprender todo lo necesario sobre nosotros mismos, sobre los demás y sobre nuestro entorno. Si no nos tratamos bien a nosotros mismos, a los demás y a nuestro entorno, tarde o temprano sufriremos las consecuencias. Por lo tanto, el sentido de la vida está estrechamente relacionado con aprender la naturaleza de las fuerzas que gobiernan el universo. La lección más importante que debemos aprender referente a la interacción entre nosotros y el mundo exterior (los demás y el medio ambiente), es que una sociedad que no vive en armonía está destinada a autodestruirse. Esa idea nos ayuda a comprender mucho mejor el sentido de la vida.



La hipótesis que dice: ‘una sociedad que no vive en armonía – como la nuestra – está destinada autodestruirse”, utiliza la palabra ‘armonía’, en vez de la palabra ‘guerra’, para animar a la gente a que reflexionen sobre la diferencia entre ambos conceptos.
La gente que idolatra la paz ignora que, ésta inevitablemente lleva a la guerra, ya que no pone fin a la lucha por los recursos. Mientras que durante la paz la gente, cuando lucha por los recursos, sigue ciertas normas, durante la guerra no lo hace. Debido a esta lucha por los recursos unos acumulan cada vez más riquezas, mientras que otros continuamente encuentran más problemas para sobrevivir. Cuando los primeros se sientan frustrados, porque acumular más riquezas es cada vez más difícil, y los segundos se sientan frustrados, porque sobrevivir es cada vez más difícil, dejan de ver las ventajas de estas normas que deben seguir cuando luchan por los recursos. Por esta razón, la paz y la guerra forman un círculo vicioso. Para evitar la guerra, debemos cuestionar la paz, y, por lo tanto, cuestionar la lucha por los recursos.
Los que idolatran la paz no suelen reconocer que una sociedad que no vive en armonía está destinada autodestruirse. Suponen que para evitar la autodestrucción sólo deben defender la paz y asegurar que nadie utilice armas nucleares en sus conflictos. Pero la paz no se puede imponer para siempre, ya que la lucha por los recursos aumenta la tensión entre los diferentes grupos de gente, y entre éstos y el entorno. Por lo tanto, para garantizar la supervivencia de la humanidad, debemos descubrir por qué luchamos por los recursos, y por qué tenemos conflictos con los demás y con el medio ambiente.
La hipótesis que dice: ‘una sociedad que no vive en armonía – como la nuestra – está destinada autodestruirse es nueva. Otros han avisado contra la autodestrucción de la humanidad, pero o lo vieron como el resultado de una guerra nuclear, o como el resultado del daño que causamos al medio ambiente. Sin embargo, si tenemos armas de destrucción masiva, y dañamos el medio ambiente, es porque no vivimos en armonía.
Vivir en armonía significa tener buenas relaciones con los demás y con el entorno. Ya que conseguimos nuestros recursos del entorno, vivir con los demás y vivir en armonía con el entorno están interrelacionados. Intentar mejorar las relaciones con el entorno tiene, por lo tanto, poco sentido cuando no intentamos al mismo tiempo mejorar las relaciones con los demás.
Cuando nos damos cuenta de que vivir en armonía con los demás y vivir en armonía con el entorno están interrelacionados, es difícil ignorar la importancia de una política adecuada de natalidad. Cuando en una región las familias tienen muchos niños, llegará el momento en el que el entorno ya no logre proveer suficientes recursos para todos. Entonces o mueren todos, o empiezan a luchar por los recursos; o emigran a regiones con suficientes recursos; o adoptan una política adecuada de natalidad. En el caso de que emigren y continúen teniendo muchos hijos, llegará el momento que su nuevo hábitat ya no pueda proveer suficientes recursos para todos.
Cuando reflexionamos sobre la lucha por los recursos, vemos que al estar la tierra limitada, también sus recursos están limitados. Dividir los recursos es, por lo tanto, similar a dividir una pizza. Cuánto más grande es la porción de uno, más pequeña será la porción de todos los demás.
La mayoría de la gente ignora que cuánto más grande sea su porción de los recursos, más pequeña será la porción de los recursos de los demás. Algunos lo hacen porque, o no han reflexionados mucho sobre la lucha por los recursos, o no procesan la información correctamente. Otros ignoran deliberadamente la teoría de la pizza, porque saben que con una división justa les tocará una porción más pequeña.
La gente está tan acostumbrada a la lucha por los recursos que no cuestionan sus consecuencias. Mucha gente ve la lucha por los recursos como un juego. Como a la gente les gustan los ganadores, los ricos no sólo consiguen una recompense material, sino también el respeto de los demás.
‘La supervivencia del más apto’, una teoría económica basada en la teoría de la evolución de Charles Darwin, ofrece a los ricos una razón adicional para sentirse orgullosos y para ignorar la teoría de la pizza: ellos son los más aptos. Sin embargo, la hipótesis de la armonía señala que estamos todos en el mismo barco, y que cuando éste se hunde, pereceremos todos: ricos y pobres. La gran diferencia con las demás especies, es que nosotros no sólo luchamos para sobrevivir, sino también para conseguir lujos y que con el tiempo esto lleva a la autodestrucción.
¿Es no luchar por los recursos lo mismo que el comunismo?
La gran diferencia entre el comunismo y vivir en armonía es que mientras el comunismo prohibe a la gente luchar por los recursos, las personas que viven en armonía no luchan por los recursos porque tienen una mejor comprensión de si misma, de los demás y de su entorno. Mientras que el comunismo obliga a la gente a seguir una política adecuada de natalidad, la gente que vive en armonía sigue una política adecuada de natalidad porque comprenden que vivir en armonía con los demás está interrelacionado con vivir en armonía con el entorno y, por lo tanto, no debe haber más niños que el entorno puede sostener.

No luchar por los recursos no significa que todos poseen los mismos ‘lujos’ Algunos pueden por supuesto trabajar más y disfrutar así de más lujos, mientras otros pueden trabajar menos y disfrutar así de más tiempo libre. No luchar por los recursos signfica simplemente que no no sobreevaluamos nuestro trabajo y subestimamos el trabajo de los demás.




Cuando reflexionamos sobre la vida extraterrestre y la hipótesis que dice: ‘una sociedad que no vive en armonía – como la nuestra – está destinada autodestruirse”, la pregunta más relevante que debemos formular es si los habitantes de otro planeta viven en armonía. Si lo hacen, el hecho de que nosotros no lo hacemos, es una razón para evitar el contacto con nosotros.
La hipótesis que dice que una sociedad que no vive en armonía está destinada a autodestruirse nos permite reflexionar sobre la vida extraterrestre desde una nueva perspectiva. En el caso de que los habitantes de otro planeta vivan en armonía, nosotros representamos una amenaza para su sociedad, ya que nosotros aún no hemos aprendido a hacerlo.
En el caso de que no vivan en armonía y nuestra civilización sea más avanzada, no tardaremos mucho en apoderarnos de los recursos de este planeta y en lograr que sus habitantes trabajen para nosotros. Incluso podemos decidir comerlos, si no se parecen a nosotros. En el caso de que no vivan en armonía y su civilización sea más avanzada, no tardarán mucho en apropiarse de nuestros recursos y en lograr que trabajemos para ellos. Incluso pueden decidir comernos si no nos parecemos a ellos.
Como las sociedades armoniosas pueden considerar a las sociedades no-armoniosas una amenaza, podemos preguntarnos si quizás nuestro planeta comenzó originalmente como un ‘campamento de corrección’. La mejor forma de tratar a la gente que no vive en armonía es la de aislarles – en una isla o un planeta – y dejarles hacer lo que quieran. Aunque al principio aquella sociedad sería un infierno, ya que nadie se preocuparía de cómo su comportamiento afecta a los demás, al sufrir las consecuencias de su comportamiento, la gente puede gradualmente aprender a respetarse y a respetar al entorno.
Los habitantes de un planeta que vive en armonía, no pueden enseñar a los habitantes de un planeta que no lo hace, ya que la gente debe estar lista para las ideas nuevas. La gente a menudo piensa que están listos, pero ignoran que están tan acostumbrados a ciertos habitos – la lucha por los recursos, tener muchos hijos, comer otras criaturas, tomar ciertas drogas – que no las cuestionan.
Sin embargo, cuando reflexionamos sobre nuestra sociedad, vemos que para vivir en armonía con el entorno y, por lo tanto, también con los demás, debemos seguir una política de natalidad adecuada, ya que no debe haber más gente que el entorno puede dar de comer. Y cuando reflexionamos sobre unos extraterrestres interesados en apropiarse de nuestros recursos, en esclavizarnos o comernos, vemos que sería muy hipócritica por nuestra parte decirles que no deben tratarnos de esta manera cruel, cuando nosotros tratemos así a las demás criaturas en nuestro planeta. Además, cuando reflexionamos sobre el vegetarianismo, vemos que puede ser más fácil para los vegetarianos vivir en armonía, ya que la empatía con los demás criaturas suele ir unida a la empatía hacia las demás personas.
Cuando reflexiomamos sobre la vida extraterrestre, debemos darnos cuenta de que nuestra visión del universo se basa en en el axioma que afirma que dos líneas rectas paralelas nunca se cruzan. Como un axioma es una idea que acceptamos como cierta, aunque nadie ha sido capaz de demostrarla, esta visión no es necesariamente correcta.
Cuando pensamos en dos capas de ladrillo es muy difícil imaginar que, por más larga que hagamos la pared, lleguen a cruzarse alguna vez. Pero para saber cómo dos líneas rectas paralelas se portan en el espacio, debemos primero saber algo más sobre la naturaleza de una línea y sobre el espacio en el que proyectamos esta línea. Preguntar cómo se comportan dos líneas rectas paralelas es realmente lo mismo que preguntar cómo es el universo. Por lo tanto, quizás no estamos sólo aislados físicamente, sino también mentalmente.






Cuando reflexionamos sobre la hipótesis que dice: ‘una sociedad que no vive en armonía – como la nuestra – está destinada autodestruirse”, es lógico preguntarse si alguna vez hemos vivido en armonía; si alguna vez nos hemos autodestruido; y qué ocurriría en el caso de que mañana una gran catástrofe dejara sólo unos pocos supervivientes.
Ciertas leyendas aseguran que, en cierto momento, nuestros antepasados vivieron en armonía, pero ni ha sido demostrado que alguna vez vivieran en armonía, ni que nunca lo hicieran. En el caso de que sí vivieran en armonía, esto significa que nosotros deberíamos ser capaces de evitar nuestra autodestrucción, ya que lo que fue posible en el pasado debe ser posible en el futuro. En el caso de que no vivieran en armonía, esto no significa que la armonía sea imposible, ya que algo que no se ha logrado no implica que no se puede lograr.
Otras leyendas se refieren a una gran civilización del pasado que desapareció a causa de una catástrofe. Ya que una sociedad que no vive en armonía está destinada autodestruirse, podemos preguntarnos si estas leyendas se refieren a una sociedad que se autodestruyó. Nada demuestra que la humanidad alguna vez se autodestruyó, pero nada demuestra tampoco que la humanidad nunca se autodestruyó. Sin embargo, todo lo que existe ahora, ya puede haber existido en el pasado. Todo lo que hemos aprendido sobre la naturaleza, lo pueden haber descubierto nuestros antepasados hace muchas generaciones. Si alguna vez existió una civilización avanzada, no debe sorprendernos que se autodestruyó, ya que esto es lo que le ocurre a una sociedad cuando la gente no vive en armonía.
Qué le ocurre a una civilización avanzada cuando una catástrofe deja pocos supervivientes?
Una civilización avanzada es el resultado de la cooperación de mucha gente diferente, que se dedica a tareas diferentes, que requieren materiales que vienen de muchos lugares diferentes. Cuando ocurre una catástrofe, y sólo unos pocos sobreviven, esa civilización llega pronto a su fin. Las nuevas circunstancias a las que se enfrentan retrasarán de golpe el reloj de la evolución.
Reproducir los diferentes artilugios avanzados que tenían antes de esta catástrofe no sólo es muy difícil y requiere mucho tiempo, sino que ahora tampoco les hacen falta. La gente necesita otra vez herramientas simples, ya que en vez de dedicarse a tareas especializadas, ahora tienen que dedicarse a tareas más básicas, como, por ejemplo, encontrar suficiente comida, protegerse de condiciones climáticas adversas, de animales salvajes que sobrevivieron la catástrofe, etcétera.
Los supervivientes de una gran catástrofe deben trabajar duro, porque todo ha sido destruido. Sin embargo, el que ahora haya menos gente, hace que haya más recursos para todo el mundo. Solo más adelante, cuando aumente la población, y ya no habrá recursos suficientes para todo el mundo, tendrán que competir de nuevo entre ellos para conseguir suficientes recursos.
La ley del más apto decide quién sobrevive y quién se hace rico. Los que se apoderan de mucha más comida de lo que realmente necesitan, pronto anhelan mercancías de lujo y servicios de lujo, que requieren una especialización, y que estimula el comercio entre diferentes regiones. Los que son creativos e inventivos, o que comercian con otras regiones, ofrecen entonces sus servicios a los ricos.
La riqueza atrae la atención de los que no tienen recursos suficientes y de los que simplemente quieren más recursos. Por lo tanto, los que son ricos deben dedicar mucho esfuerzo en proteger su riqueza. Esto anima a la gente en hacerse más creativo e inventivo. Ya que las armas que sirven para protegerse a menudo también sirven para atacar a otros, esa creatividad lleva finalmente a la invención de armas capaces de causar la autodestrucción de esa sociedad.
No solo hay razones para suponer que después de que una gran catástrofe deje pocos supervivientes una civilización avanzada lluege a su fin, sino también para suponer que unas generaciones más tarde la gente incluso ignore la existencia de esa civilización del pasado. Una es que una catástrofe así es una experiencia traumática y que los supervivientes pueden preferir no hablar de ella a las siguientes generaciones. Otra es que a la gente le gusta sentirse orgullosa de si misma, y que haber formado parte de una civilización que se autodestruyó es más bien algo de lo que uno puede avergonzarse. Y aún otra es que una vez que la gente vive otra vez de una manera primitiva, para cada nueva generación será más difícil imaginarse armas capaces de causar tanta destrucción.






Sólo debemos reflexionar sobre la evolución de la humanidad – reconocer que las armas se hacen continuamente más sofisticadas y que hoy disponemos de armas de destrucción masiva; que la brecha entre ricos y pobres se hace continuamente más grande y que así la tensión aumenta entre los diferentes grupos de gente y entre éstos y su entorno – para llegar a la conclusión de que una sociedad que no vive en armonía está destinada a autodestruirse. ¿Por qué ignoran entonces los intelectuales esta realidad?
Algunos lo ignoran porque simplemente no han procesado toda la información disponible. Otros lo hacen deliberadamente – aunque a menudo no son conscientes de eso –, porque suponen que la armonía en la Tierra es imposible y, por lo tanto, la autodestrucción es inevitable. Los problemas que parecen no tener una solución son tan estresantes que la gente prefiere ignorarlos. Y nada es por supuesto más estresante que suponer que en un futuro cercano la humanidad se autodestruirá y la vida se acabará.
La gente supone que la armonía es imposible porque ‘creen’ que cierta gente es buena y otra gente mala, y que siempre será así. Ya que nadie ha demostrado que la gente es mala por ninguna razón aparente, debemos suponer que, al igual que lo que ocurre con todo lo demás, existe una razón por la que la gente se porta mal, y que para restaurar la armonía debemos solo descubrir por qué la gente se porta así.
El hecho de que los filósofos busquen la verdad, los científicos estudien la naturaleza de la humanidad y del universo, los políticos se preocupen por nuestro futuro, y los teólogos estudien los misterios de la vida, y que sin embargo no han llegado a la conclusión de que una sociedad que no vive en armonía está destinada a autodestruirse, demuestra que procesan la información tan mal como los demás.
Procesar la información correctamente significa sacar todas las conclusiones que ésta permite sacar, al investigar cómo cada nueva idea afecta a todas las ideas anteriores. El problema es que conseguimos tanta información que pocas veces lo hacemos. Por esta razón, cuando fueron inventadas las armas nucleares, poca gente se dio cuenta de que esto no sólo significaba que la humanidad ahora era capaz de autodestruirse, sino también que una sociedad que no vive en armonía está destinada a autodestruirse.
El hecho de que tampoco las ‘autoridades’ se dieran cuenta de esta hipótesis demuestra que, en vez de esperar a que ellos evitan la autodestrucción de la humanidad, debemos evitarlo nosotros mismos. Es nuestro futuro y, por lo tanto, nuestra responsabilidad conseguirlo.
La ignorancia y la arrogancia van a menudo unidas
Aunque no procesamos la información correctamente tenemos, sin embargo, una buena opinión de nosotros mismos. El hecho de que estamos a punto de destruir la creación no nos impide considerarnos a la cabeza de la creación. Esto demuestra que la ignorancia y la arrogancia van a menudo unidas. La sabiduría, por otro lado, requiere humildad, algo que no suele ser una característica de la mayoría de las autoridades.
Cuando la gente se entera de esta hipótesis, a menudo, reacciona de una manera irresponsable.
Cuando a la gente se le dice que una sociedad que no vive en armonía está destinada a autodestruirse y que la autodestrucción de la humanidad puede ser inminente, ya que nosotros no vivimos en armonía y disponemos de armas de destrucción masiva, algunos exclaman: “¡Quizás es lo que debe ocurrir!”; otros señalan: “¡Nosotros pereceremos, pero el universo seguirá existiendo!”; y aún otros comentan: “Algo evitará la autodestrucción de la humanidad ya que la humanidad siempre ha logrado sobrevivir.”
Estas reacciones son irresponsables. Imagínate que un día descubres que la carretera en la que todo el mundo conduce lleva a un abismo. En vez de exclamar: “¡Quizás debemos morir de esta manera!”, “Mi vida y la vida de mi familia no significan nada. ¡El universo continuará!”, o “¡Algo hará desaparecer este abismo ya que la gente siempre ha cogido esta carretera y nunca se topó con un abismo!”, tiene mucho más sentido bajar la velocidad, avisar a los demás y buscar otra carretera.





La razón principal por la que no vivimos en armonía con los demás y con el entorno es que no aprendemos todo lo que se puede aprender de nuestras experiencias y, por lo tanto, cometemos los mismos errores una y otra vez.
Vivir en armonía significa respetarse a uno mismo, a los demás, y al entorno. Cuando no lo hacemos, tarde o temprano sufrimos las consecuencias. Cuando reflexionamos sobre estas consecuencias, vemos que para vivir en armonía con los demás y con el entorno, sólo debemos aprender todo lo que se puede aprender de nuestras experiencias. El hecho de que nosotros, y la sociedad de la que formamos parte, cometemos los mismos errores una y otra vez, demuestra que no aprendemos todo lo que se puede aprender de estos errores. Si, por ejemplo, aprendiéramos todo lo que se puede aprender de la guerra, ya no tendríamos guerras.
La historia sólo se repite cuando la gente no aprende todo lo que se puede aprender de sus experiencias. Lo que importa del pasado es que nos enseña lecciones valiosas, y que podemos mejorar el futuro ajustando nuestro comportamiento en el presente, gracias a lo que aprendimos del pasado.
Desgraciadamente, mucha gente no comprende la historia. Estudian ciertos episodios de la historia porque quieren sentirse orgullosos, e ignoran otros porque no quieren sentirse avergonzados. Sin embargo, lo que importa no es cómo se portaron nuestros antepasados, sino cómo nos portamos nosotros. Y lo que importa no es cómo alguien se portó en el pasado, sino cómo se porta en el presente.
¿Requiere vivir en armonía una buena comprensión de la realidad?
Cuando investigamos la última causa de nuestros conflictos, debemos investigar por qué no procesamos la información correctamente. Vivir en armonía requiere una buena comprensión de la realidad: de nosotros mismos, del mundo en el que vivimos, y de la interacción entre ambos. El problema es que aunque sólo hay una realidad, la gente la ve distinta porque enfocan aspectos distintos. Mientras que una mala comprensión de la realidad divida a la gente, una buena comprensión de la realidad les une. Una buena comprensión de la realidad tiene en cuenta todos los distintos aspectos (las diferentes caras de una historia); una mala comprensión sólo tiene en cuenta algunos aspectos (una cara de la historia).
¿Comprender correctamente la realidad significa percibirla bien?
Una buena comprensión de la realidad es sólo posible cuando tenemos una buena percepción de la realidad y reconocemos toda la información que se puede obtener de nuestras experiencias. Para poder sacar todas las conclusiones que nuestras experiencias nos permiten sacar debemos, por supuesto, no ignorar cierta información. Mientras que con una buena percepción de la realidad nos damos cuenta de todas las causas y consecuencias de nuestro comportamiento, con una mala comprensión no lo hacemos. Por lo tanto, la última causa de nuestros conflictos es una mala percepción de la realidad.
Para descubrir lo que nos impide vivir en armonía debemos preguntarnos qué altera nuestra percepción de la realidad. Es el caso de las drogas. Ciertas drogas nos hacen prestar tanta atención a ciertos aspectos que ignoramos otros. Hacen que damos tanta importancia a lo que anhelamos que ya no importe ‘cómo’ lo consegamos. Hacen que enfoquemos en los beneficios inmediatos de nuestras acciones e ignoramos el hecho de que al no portarnos correctamente tarde o temprano sufriremos las consecuencias.




Cuando la gente pierde su buena percepción de la realidad, por culpa de drogas que les hace enfocar su atención en ciertos aspectos e ignorar otros, pronto dejan de tratarse correctamente. Lo que anhelan se vuelve más importante que ‘cómo’ consiguen lo que anhelan. Las víctimas de abusos sexuales y otros abusos sufren traumas, que dañan la percepción de la realidad. Como ya no pueden aprender todo lo que se puede aprender de estas experiencias, estos abusos y traumas pasan de una generación a la siguiente.
Imagínate una sociedad que vive en armonía. Ya que la gente tiene una buena comprensión de la realidad, aprende todo lo que se puede aprender de sus experiencias, y consigue así una buena comprensión de si misma, del mundo en el que viven y de la interacción entre los dos. Ahora imagínate que un día empieza a tontear con drogas. ¿Cómo afectaría esto a esta sociedad? ¿Qué piensas tú qué le ocurrirá ahora a esta gente que presta más atención a lo que anhela que en ‘cómo’ lo consigue, y que enfoca tanto en los beneficios inmediatas que ya no ve las consecuencias a largo plazo de su comportamiento?
Podemos suponer que cuando esta gente ahora anhela algo, los que son más fuertes lo cogen por la fuerza, en vez de intentar cambiarlo por algo que la otra persona anhela. Podemos suponer que las victimas luego buscan la revancha y creando así un círculo vicioso de violencia que lleva a más violencia.
Cuando el abusador es mucho más fuerte, las victimas están indefensas y sufrirán traumas cuando no vean cómo evitar abusos futuros. Es, por supuesto, muy desagradable darse cuenta de que alguien puede robarles algo por lo que han trabajado muy duro. Esto es aún más traumático cuando esta pérdida pone en peligro su supervivencia.
Recordarse de una experiencia desagradable puede ser tan traumático que pone en peligro nuestra supervivencia y decidimos, por lo tanto, bloquearla de nuestra consciencia. Esto, sin embargo, afecta nuestro ‘flujo de pensamientos’ que se basa en asociaciones. Bloquear este recuerdo de nuestra consciencia significa que cada vez que una característica particular nos haga recordar esa experiencia desagradable, simplemente desviamos nuestra atención. Mientras que antes, nos recordaríamos de esta experiencia desagradable cada vez que nos topáramos con una característica del abusador (su raza, edad, sexo, peso, etcétera), con una característica del día en el que nos abusaron (el momento del día, el día de la semana, el día del mes, las condiciones climatológicas, etcétera), o con una característica del lugar donde nos abusaron (el tipo del terreno, etcétera), ahora inmediatamente desviamos nuestra atención a otra cosa.
El problema de los traumas – bloquear experiencias desagradables de nuestro consciencia – es que alteran nuestra percepción de la realidad y, por lo tanto, ya no conseguimos una buena percepción de la misma. El problema es que para recuperarla ahora ya no sólo tenemos que alejarnos de las drogas, sino también tratar nuestros traumas.
Muchas experiencias traumáticas tienen que ver con las relaciones sexuales. Al prestar más atención a lo que anhelan que a ‘cómo’ lo consiguen, los hombres empiezan a abusar de las mujeros ya que ellos son más fuertes. Los abusos sexuales son muy traumáticos ya que las victimas se dan cuenta de que lo que les ocurrió puede volver a ocurrir algún día. No saber cómo evitar abusos futuros causa tanto estrés que parece que ya no vale la pena vivir.
Los abusos sexuales son incluso más traumáticos para los niños. Pero mientras que para ellos es más difícil defenderse, es más fácil para ellos borrar una experiencia desagradable de su consciencia. El problema es que cuando lo hacen, ya no pueden aprender de ella, y que esta experiencia sobrevive en su subconsciente. El problema es que los niños observan cómo los adultos se portan en ciertas circunstancias para imitarles en el caso de alguna vez se enfrenten a circunstancias similares. El problema es que cuando la gente pierde el control y ya no es capaz de reaccionar racionalmente, su subconsciente toma el relevo y allí han ‘guardado’ los comportamientos adultos observados en ciertas circunstancias para poder imitarlos en el caso de que algún día lo necesiten. El problema es que cuando nos topamos con demasiadas características de esta experiencia desagradable, ya no logramos desviar nuestra atención y de repente nos acordamos de esta experiencia desagradable, y que esto puede ser tan traumático que perdemos el control. El problema es que las drogas pueden abrir la puerta del subconsciente. El problema es que niños que sufrieron abusos se pueden convertir en adultos abusadores.
Una persona que abusa de un niño, porque de repente pierde el control después de recordar su propio abuso, no necesariamente continúa abusando y no necesariamente luego recuerda de haberlo hecho. En caso de que le enseñaran a condenar este tipo de comportamiento, encontrará esta experiencia tan traumática como el niño del que ha abusado. La idea de que acaba de hacer algo que su sociedad condena es tan insoportable que inmediatamente borra esta experiencia de su consciencia. En el caso de que nunca más se tope con circunstancias que le hagan perder el control, nunca más abusará de niños.
Es por culpa de este mecanismo de defensa, que hace que las victimas bloquean abusos sexuales de su consciencia para así poder soportar la vida, que estos abusos sexuales son pasados de una generación a la siguiente. Es también por culpa de este mecanismo de defensa que muchas familias ignoran que tengan en casa un niño que ha sido abusado sexualmente o alguien que ha abusado sexualmente de un niño.
Mientras que los abusos sexuales ya son terribles para una niña, aún son peores para un niño, ya que él también tiene que enfrentarse al hecho de que el abusador le utilizó como si fuera una niña. Al bloquear esta experiencia de su consciencia más adelante no sólo encontrará problemas para aprender la naturaleza de las relaciones sexuales – cualquier información relacionado con las relaciones sexuales le puede hacer recordar esa experiencia desagradable –, sino que también encontrará más difícil para identificar su propia sexualidad. No todos los homosexuales nacieron así. Algunos se convirtieron en homosexuales por lo que les pasó durante su juventud. Cuando ignoramos esta realidad, ignoramos que los abusos sexuales de niños son más comunes de lo que la mayoría de la gente piensa.




Las drogas son como las medicinas. En vez de tomarlas, debemos preguntarnos qué nos hace enfermar. En vez de recurrir a las drogas para poder aguantar nuestra sociedad, debemos cuestionar nuestra sociedad. En vez de recurrir a las drogas para relajarnos y pasárnoslo bien, debemos preguntarnos porqué no podemos relajarnos siempre y disfrutar siempre.
Para evitar la autodestrucción debemos descubrir por qué tenemos conflictos. Ya que la última causa de nuestros conflictos es una mala percepción de la realidad, originalmente causada por las drogas, tenemos una buena razón para cuestionar las drogas.
El problema de las drogas es que como alteran nuestra percepción de la realidad – nos hacen, por ejemplo, considerarnos a la cabeza de la creación, cuando estamos a punto de destruir esa creación – encontramos muy difícil reconocer el daño que causan.
Mientras que de lunes a viernes tomamos drogas que nos ayuden a seguir el ritmo de nuestros trabajos, del viernes por la noche hasta el domingo por la tarde tomamos drogas que nos ayudan a relajarnos y pasárnoslo bien. Esto demuestra que hay algo terriblemente mal en nuestra sociedad. En vez de tomar drogas deberíamos investigar por qué las anhelamos. Algunas preguntas que deberíamos hacer son, “¿Por qué trabajamos tanto?”, “¿Por qué nos sentimos tan inseguros que necesitamos drogas para socializar y pasárnoslo bien?”, “¿No abren las drogas las ‘puertas’ de nuestro subconsciente donde tenemos guardadas las experiencias traumáticas?”, “¿No es así que las drogas están a menudo en el origen de los abusos sexuales y que las víctimas de abusos sexuales suelen más adelante tener problemas con las drogas?”“¿Es quizás por culpa de las drogas que ignoramos que no debemos hacer a los demás lo que es odioso para nosotros?”, “¿Es quizás por culpa de las drogas que ignoramos que todos somos una familia y que conviene preocuparnos no solo de nuestro propio bienestar sino también del bienestar de todos los demás?” y “¿Es quizás por culpa de las drogas que ignoramos que al estar todo relacionado, somos de alguna manera responsables de todo lo malo que ocurre en este mundo?”

LAS EDADES DE LOS PATRIARCAS


La suma de las edades de los 7 primeros patriarcas (desde Adán hasta Henoc) es 5879, o 7 veces 7 veces 120 menos 1. La suma de las edades para los 13 siguientes patriarcas (desde Matusalén hasta Abraham) es 5867, o 7 veces 7 veces 120 menos 13.

El Génesis ofrece las edades para los 10 primeros patriarcas (desde Adán hasta Noé) y para los 10 siguientes patriarcas (desde Sem hasta Abraham). Nos informa de la edad que tenían cuando engendraron a su heredero; los años que vivieron después; y el total de los años que vivieron[i].
El hecho de que el Génesis de tanta importancia a estos números nos anima a preguntarnos si quizás guardan un secreto; si quizás ignoramos algo sobre ellos. Cuando investigamos estos números[ii], vemos que la suma de las edades de los 7 primeros patriarcas (de Noé hasta Henoc) es 5879, que es justamente uno menos que 5880, que es 7 veces 7 veces 120 años.
La edad de Henoc[iii], el séptimo patriarca, es 365. Esta cifra se refiere a los días que hay en un año. Mientras que en un año normal hay 365 días, en un año bisiesto hay 366, y con esa cifra llegamos a 5880.
Si ahora contamos las edades de los siguientes trece patriarcas (de Matusalén hasta Abraham) llegamos a un total de 5867, o 5880 menos 13[iv]. Esos trece años equivalen a uno por patriarca. Sin embargo, trece es también la edad que tuvo Ismael, el hijo primogénito de Abraham[v], cuando este patriarca recibió de Yahveh[vi] una alianza. Es también la edad con la que un niño se hace adulto porque puede procrear.
Secretos en la Biblia             
El hecho que la suma de las edades de los primeros 7 patriarcas es 7 veces 7 veces 120 menos 1, y la de los 13 siguientes patriarcas es 7 veces 7 veces 120 menos 13, indica que el Génesis guarda secretos[vii]. Esto no debería sorprendernos ya que llamar a un libro ‘sagrado’ significaba originalmente reconocer que guardaba secretos y ‘religión’ se refirió originalmente a leer un libro muchas veces para así descubrir sus secretos.
Las palabras ‘sacro’ y ‘sagrado’ tienen el mismo origen que ‘secreto’ y vienen del verbo ‘segregar.’ Nuestros antepasados llamaron ‘sagrado’ a esa parte del templo donde sólo el sumo sacerdote podía entrar porque la habían segregado (separado) del resto. Como lo segregado oculta algo a los demás, asociaron entre sí los conceptos ‘sagrado’ y ‘secreto’. Por esta razón, cuando más adelante elaboraron unos relatos que guardaban secretos, los calificaron también de ‘sagrados’, al igual que los libros en los que luego los apuntaron.
La palabra ‘religión’ se refiere al estudio de los libros sagrados. Viene del latín ‘legere’ que primero significó ‘reunir’ y más adelante ‘leer’. El prefijo ‘re’ se refiere a ‘otra vez’. Para descubrir los secretos en un libro sagrado tenemos que leerlo una y otra vez –releerlo– porque esto ayuda a asociar ciertas historias entre sí –a ‘reunir’ ideas dispersas– para conseguir así una mejor comprensión del conjunto.
Que sus días sean 120 años
Justamente antes de relatar el diluvio universal, el Génesis se refiere a los hijos de Dios que tuvieran hijos con las hijas de los hombres. Al referirse a los hijos de estas uniones Yahveh dijo: “No permanecerá para siempre mi espíritu en el hombre; porque no es más que carne; que sus días sean ciento veinte años.” (Gn6:3)
Ya que no sólo los patriarcas que vivieron antes del diluvio universal (desde Adán hasta Noé), sino también los que vivieron después del diluvio universal (desde Sem hasta Abraham) murieron con edades muy superiores a los 120 años, tiene mucho sentido que el número 120 aparezca en relación a la suma de las edades de los 7 primeros y de los 13 siguientes patriarcas.

Cuando investigamos estos números un poco más, vemos también que después de tener a su heredero, ningún patriarca vive más de 7 veces 120 años. Quenán es el que vive más años después de tener a su heredero, y sólo vive otros 840 años, justamente 7 veces 120 años.
Cuando aún investigamos más, vemos también lo siguiente:
 -Hay exactamente 3 veces 120 años entre la muerte de Adán y la muerte de Mahalalel;
 -El número 1556, el año que Noé tuvo a sus hijos Sem, Cam y Jafet, es 13 veces 120 menos 4.
 -Noé tenía 600 años (5 veces 120) cuando ocurrió el gran diluvio.
 -Sem, el hijo de Noé, murió a los 600 años (5 veces 120)
 -Entre la muerte de Henoc (987) y la de Abraham (1946) pasaron 959 años (8 veces 120 menos 1).
 -Eber murió 1198 años después de la muerte de Henoc (10 veces 120 años menos 2)
 -Las edades del padre (Enós) e hijo (Mahalalel) de Quenán suman 1800 (15 veces 120).
 -Las edades del padre (Matusalén) e hijo (Noé) de Lamék suman 1919 (16 veces 120 menos 1).
 -Las edades de Péleg y Reú son 239 (2 veces 120 menos 1).
El número 7                               
El Génesis menciona el número 7 en diferentes ocasiones: los 7 días de la creación (Gn2:2), las 7 veces que sufrirá el que mata a Abel (Gn4:15), y las 7 parejas de animales puros que Noé debe llevar con él en el Arca (Gn7:2).
Referente a las genealogías es relevante que Yahveh pidió a Noé llevar con él en el Arca a siete parejas de los animales puros y a una pareja de los animales impuros, para que también ellos pudieran sobrevivir al gran diluvio. Ya que Dios hace una diferencia entre animales puros e impuros, es lógico preguntarse a qué se refiere ‘puro’ e ‘impuro’. La respuesta es obvia[viii]. Si para repoblar la tierra hacían falta siete parejas de los animales puros (el macho con su hembra) y sólo una pareja de los animales impuros, impuro se refiere a incesto y endogamia.[ix].
Cuando reflexionamos sobre cómo siete parejas (A, B, C, D, E, F y G) pueden poblar la tierra evitando la endogamia nos daremos finalmente cuenta de la importancia de de los linajes masculinos (siempre de padre a hijo) y femeninos (siempre de madre a hija). Si ahora cogemos el linaje masculino A y en la primera generación lo cruzamos con el linaje femenino A, en la segunda generación con el linaje femenino B, y así sucesivamente, después de siete generaciones se cruzaría otra vez con el mismo linaje femenino A. Esto explica porqué Dios, el padre de Adán, tiene algo en común con Henoc. Explica por qué es Henoc el que anduvo con Dios. (Gn5:24)


Lo interesante de este relato sobre el gran diluvio es que para descubrir si el autor del Génesis consideraba a Noé y su familia puro o impuro, sólo tenemos que contar las parejas de humanos que hubo en el Arca: Noé, sus tres hijos, y la mujer de cada uno. (Gn7: 13). Esto les deja justamente entre puro e impuro.
Cuando consideramos a Adán y Eva como la primera pareja de humanos en la Tierra, por supuesto, no sorprende el hecho de que Dios asocia a Noé y su familia con el incesto y la endogamia. Pero el Génesis indica que Adán y Eva fueron sólo los primeros en poner fin a la armonía. Este libro cuenta que Dios creó al hombre a su imagen, macho y hembra. ¿Cómo podemos suponer que Dios es impuro? Además, también habla de hijos de Dios que tengan descendencia con hijas del hombre. ¿No se refiere esto claramente a dos comunidades distintas que en un momento dado coincidieron en la tierra: los que vivieron en armonía (dioses) y los lo que no (los hombres)? Por lo tanto, podemos considerar el incesto y la endogamia aún como otra consecuencia por haber comido la fruta prohibida que puso fin a la armonía.




NOTAS:
[i] El Génesis no menciona la cantidad de años que los 10 últimos patriarcas vivieron después de tener a su heredero. La única excepción es Sem. Aunque el Génesis menciona cuantos años vivió después de tener a su heredero, no menciona el total de años que vivió, algo que sí menciona para los otros 19 patriarcas.
[ii] Albert Einstein dijo: “Si sabíamos lo que estábamos buscando no se llamaría ‘re-search’ (inglés: re-buscar)”
[iii] El Génesis dice de Henoc que anduvo con Dios.          
[iv] Referente a las edades de los patriarcas debo señalar que guardan un enigma que aún no he logrado resolver, pero quizás tú consigas hacerlo. El Génesis dice que Noé tuvo sus hijos cuando tenía 500 años; que Noé tenía 600 años cuando ocurrió el diluvio universal; y que Sem tenía cien años cuando engendró a Arpaksad, dos años después del diluvio universal. Al no poder resolver este enigma utilicé el año del diluvio universal (1656) para el año del nacimiento de Arpaksad.
[v] Mientras que Isaac es el hijo de Abraham con su mujer Sara, Ismael es el hijo que tuvo con Hagar, la sirviente de Sara.
[vi] El nombre Jahveh se compone de 4 consonantes. Los diferentes idiomas a los que ha sido traducido la Biblia no se ponen de acuerdo sobre ellos. En inglés es YHWH en vez de YHVH.
[vii] Aunque el Génesis nos ofrece estas genealogías en 2 grupos de 10, ahora podemos dividirlas en uno de 7, el número de la buena suerte, y 13, el número de la mala suerte.
[viii] Aunque la respuesta es obvia cuando reflexionamos sobre estos animales que tienen que repoblar la tierra, las autoridades religiosas afirman que los animales puros son los que Dios permite comer y los animales impuros que les están prohibidos, basándose en las leyes alimentarias que Moisés dio a los judíos.
[ix] El hecho de que ‘impuro’ se refiera a incesto y endogamia es aún más obvio en la versión española de la Biblia de Jerusalén ya que señala que se necesitan esas siete parejas para que ‘sobreviva la casta sobre la faz de la tierra’.







Sólo cuando supones que el Génesis es un libro sagrado y, por lo tanto, debe decir la verdad, las edades elevadas de los patriarcas parecen desacreditar esta obra, ya que hoy en día muy poca gente vive más de cien años.  Cuando consideras que el Génesis es un libro que guarda secretos, las edades elevadas de los patriarcas te animan a preguntar por qué su autor las inventó y qué aportan al relato.



Lo primero que llama nuestra atención referente a las genealogías en el Génesis son las edades elevadas de los antepasados de Abraham. Como se supone que eran nuestros antepasados, y hoy poca gente vive más de cien años, esas edades parecen desacreditar este libro; hacen que muchos consideren que el Génesis es un mito y que creen que no vale la pena perder el tiempo estudiando las genealogías.
Pero este planteamiento es un error, ya que en un libro todo es posible, y lo que importa no es en primer lugar si lo que dice es cierto, sino lo que su autor intenta transmitir al referirse a esas edades elevadas.
Aunque estas edades elevadas no tienen sentido para nosotros, parece obvio que el autor tuvo algún motivo para referirse a ellas. ¿Qué ha ganado el Génesis incluyendo estas edades elevadas? Aparentemente nada. ¿Qué ha perdido? Credibilidad. ¿Y para qué quiere el autor del Génesis que la gente le reste credibilidad a su libro? Pues para proteger unos secretos que sólo algunos eran capaces de entender.
Esas edades elevadas tienen algo en común con las listas largas de nombres poco usuales que encontramos en esos textos. ¿Qué ha ganado el Génesis al ofrecer esas listas? Aparentemente nada. ¿Qué ha perdido? Muchos lectores, porque la gente, al encontrar esas listas, se aburre tanto que pasa de la Biblia. ¿Para qué quiere el autor del Génesis aburrir a sus lectores? Pues para proteger los secretos que se encuentran en esas genealogías.
Intentar que estas edades elevadas tengan sentido
Esas edades elevadas han dado muchos quebraderos de cabeza a los estudiosos de esta obra. Para ellos esas edades simplemente no tienen sentido porque hoy la gente no suele vivir novecientos años, no engendra hijos cuando tienen más de cien años, y tampoco hay razones para esperar tanto tiempo para tenerlos. Esto hace que tanto los creyentes como los escépticos entre los estudiosos se sienten atraídos a la idea de que en cierto momento, los copistas tienen que haberse equivocado al transcribir estos números. Como los creyentes consideran que la Biblia es la obra de Dios, y que Él no se equivoca, tienen aún más motivos para suponer que los copistas cometieron errores.
Esa postura es fácil de entender teniendo en cuenta que las tres versiones de la Biblia –el Texto Hebreo Masorético, el Septuaginta Griego y el Pentateuco Samaritano[i]– ofrecen edades diferentes para los antepasados de Abraham. Esto nos obliga a preguntar qué versión ofrece las cifras correctas y por qué ofrecen cifras diferentes.
Al reflexionar sobre esas edades elevadas, algunos estudiosos se dieron cuenta de que este problema desaparece haciendo dos suposiciones: el Septuaginta Griego tiene las cifras originales y éstas hay que dividirlas por diez. Suponían entonces que estas cifras fueron al principio anotadas en una escritura pre-cuneiforme –el Génesis nos cuenta que Abraham vino de Ur, en Sumeria, la parte sureña de la antigua Babilonia, donde se utilizaba esa escritura– y que alguien cometió el ‘error de los decimales’ cuando, mucho más tarde, estos textos fueron traducidos al cuneiforme.
Con estas nuevas cifras, Noé y sus antepasados tuvieron sus hijos a la edad que nosotros solemos tener a los nuestros, y también murieron a la edad que nosotros morimos. Pero esta teoría no cuadra. Aunque casi todos estos antepasados tenían unos 20 años cuando engendraron a sus hijos, aparte de Noé que tenía 50, Sem tenía sólo 10 y parece demasiado joven para procrear. Y tampoco encaja, porque los sumerios daban mucha importancia al número 6 (o 60) a la hora de calcular el tiempo. Se debe a los sumerios el que hoy tengamos horas de 60 minutos, minutos de 60 segundos, y dividamos el círculo en 360 grados. Por lo tanto, no tiene sentido que hubieran dividido un año en decimales. Mientras que decir que Matusalén tenía 16,7 años cuando engendró a su hijo y 96,9 años cuando murió ya suena ridículo para nosotros, tiene que haber sonado aún más ridículo para los sumerios.
Esta teoría sólo intenta adaptar esas edades a edades que sean comprensibles para nosotros. Se parece mucho a esa otra teoría que suponía que los años se referían a meses. Eso es aún más ridículo porque en el caso de las cifras, en el Texto Hebreo Masorético, significa que Henoc tenía 65 meses, unos 5 años, cuando engendró a Matusalén.
Es bastante incomprensible que los estudiosos hayan querido cuadrar a toda costa las edades elevadas en el Génesis con las edades actuales a las que engendramos nuestros hijos y nos morimos, porque el Génesis reconoce que son fuera de lo normal. Esto lo demuestra el hecho de que, en cierto momento, Dios dice: “No permanecerá para siempre mi espíritu en el hombre, porque no es más que carne; que sus días sean ciento veinte años” y también porque Sara, la mujer de Abraham, se ríe al ser informada que a su edad (90) aún va a tener un hijo (Gn17:17) y nos comunica que ya a no tiene menstruaciones (Gn18:12). Y justamente antes del diluvio universal Dios dice: “No permanecerá para siempre mi espíritu en el hombre, porque no es más que carne; que sus días sean ciento veinte años.”(Gn6:3)
¿Qué versión de la Biblia ofrece las edades originales?
Es sorprendente que las tres versiones diferentes de la Biblia – el Texto Hebreo Masorético, el Septuaginta Griego y el Pentateuco Samaritano – no coinciden en algunos puntos importantes, como por ejemplo las edades de los patriarcas.
El Septuaginta Griego es, según se cree, una traducción del Texto Hebreo Masorético. Alrededor del año 250 AC los judíos que vivían en Alejandría decidieron traducir la Biblia al griego, porque éste era el idioma que entonces utilizaban en vez del hebreo. Según la leyenda, seis traductores de cada una de las doce tribus, que llegaron de Jerusalén, tradujeron el texto y luego constataron que sus traducciones coincidían. Aunque Septuaginta, viene del nombre griego 70, hace referencia a estos 72 traductores.
El Pentateuco Samaritano sólo consta de los cinco primeros libros. Es diferente porque después del reinado de Salomón, cuando Israel se dividió en dos, Judea e Israel conocieron una historia diferente. Está escrito en el alfabeto samaritano, que es diferente al alfabeto hebreo, y que era la lengua que se utilizaba antes de la deportación a Babilonia.
Mientras que los judíos, los católicos y los protestantes prefieren traducciones del Texto Masorético Hebreo, los ortodoxos se inclinan por las traducciones del Septuaginta Griego y los samaritanos utilizan el Pentateuco Samaritano.
Ya que es con las edades que aparecen en el Texto Masorético Hebreo que la suma de los 7 primeros patriarcas es 7 veces 7 veces 120 menos 1 y la suma de los 13 siguientes patriarcas es 7 veces 7 veces 120 menos 13, es obvio que el Texto Masorético Hebreo ofrece las cifras originales. No debe sorprendernos ya que el Septuaginta Griego es una traducción del Texto Masorético Hebreo.
El hecho de que el Septuaginta Griego falsificó estos números es algo que también podemos descubrir al estudiar esos números. El Septuaginta Griego señala que Matusalén nació en el año 1287 y que murió a la edad de 969 (la misma edad que en el Texto Hebreo Masorético), lo que significa que murió en el año 2256, y esto es 14 años después del diluvio universal, que según esta versión de la Biblia ocurrió en el año 2242. Ya que el Génesis dice que sólo Noé, su mujer, sus tres hijos, y la mujer de cada uno, sobrevivieron a esta catástrofe, es obvio que algo falla con los números en el Septuaginta Griego.
La primera falsificación de la Biblia?
El hecho de que el Texto Hebreo Masorético y el Septuaginta Griego ofrezcan diferentes edades es muy intrigante. La leyenda que señala que la traducción del Texto Hebreo Masorético era el trabajo de 72 personas que llegaron de Jerusalén (6 de cada tribu), y luego constataron que sus traducciones coincidían, ha sido obviamente inventado para dar credibilidad al Septuaginta Griego. Esto era necesario ya que querían justificar ciertas discrepancias con el texto original, como por ejemplo las diferentes edades para los patriarcas.
Pero ¿por qué ofrece el Septuaginta Griego otras edades? Cuando investigamos los posibles motivos encontramos que pueden haber intentado cuadrar la cronología en el Antiguo Testamento con la idea que el mundo griego tenía sobre la cronología universal. En el Septuaginta Griego los patriarcas tienen a menudo 100 años más cuando engendran a su hijo y de esta forma encontramos que 3412 años transcurrieron entre los nacimientos de Adán y Abraham, en vez de los 1946 años según el Texto Hebreo Masorético.
Muchos judíos creían que la Biblia era la palabra de Dios y decía toda la verdad. Pero aceptar esto era mucho más fácil para los judíos en Palestina que para los judíos de Egipto que estaban en continuo contacto con la cultura griega. Estos últimos no querían renunciar a sus tradiciones, pero sí era importante para ellos adaptarlas a sus nuevos conocimientos.
Estos traductores supusieron que Adán y Eva eran los primeros humanos en la tierra. No consideraban la posibilidad de que Adán y Eva sólo se referían a la primera generación que puso fin a la armonía. Por lo tanto, les preocupó mucho el hecho de que según los conocimientos griegos ya hubo gente en la tierra mucho tiempo antes que vivieron Adán y Eva, algo que calcularon basándose en las edades de los patriarcas.
Debemos también tener en cuenta que los judíos que vivían en el mundo griego se dedicaron al proselitismo. ¿Cómo iban a poder convencer a los demás de que la Biblia era la palabra de Dios y decía toda la verdad cuando su cronología no cuadraba con las ideas griegas sobre la cronología universal? Por lo tanto, podemos suponer que las autoridades religiosas de Alejandría cambiaron el Texto Hebreo Masorético a propósito. Al estar seguros de que la Biblia decía toda la verdad, el descubrimiento de que su cronología no cuadraba con la cronología universal puede haberles hecho pensar que los copistas habían cometido errores en las cifras. Además, no sabían qué sistema fue utilizado para estos números en la versión original del Génesis.
Las consecuencias de las edades elevadas de los patriarcas
Cuando estudiamos las genealogías, lo primero que debemos hacer es elaborar un listado con todas esas edades, y luego dibujar un gráfico. Esto nos enseña la consecuencia más importante de esas edades elevadas: el hecho que muchos de estos antepasados coincidieron en el tiempo; que muchas generaciones pueden haberse conocido. Noé, por ejemplo, puede haber conocido las 18 generaciones que hay entre Enós, el nieto de Adán, y Abraham. Lámek, el padre de Noé, aún puede haber conocido a Adán. Esto significa que Noé puede haberse enterado a través de su padre de lo que realmente causó la ‘caída del hombre’ que, según el Génesis, está en el origen de todos nuestros males. Y a través de Noé, Abraham no sólo puede haberse informado de lo que realmente causó el diluvio universal, sino también de lo que éste descubrió sobre la ‘caída del hombre’ en tiempos de Adán.


Mientras que hoy se suele tener hijos a partir de los veinte años, según el Génesis nuestros supuestos antepasados tuvieron sus hijos entre los 65 en el caso de Mahalalel o Henoc y los 500 en el caso de Noé. Y aunque hoy solemos hacernos viejos pronto, según el Génesis, no necesariamente ocurrió lo mismo con estos antepasados. A sus quinientos años Noé puede haber tenido un aspecto igual de joven que a sus treinta años.
Conviene aclarar también que los hijos en estas listas no son necesariamente los primogénitos. Set no es el primogénito de Adán, porque tuvo anteriormente a Caín y Abel. Y tampoco Henoc debe haber sido el primer hijo de Caín porque el Génesis nos informa de que Caín fundó una ciudad y esto requiere, por supuesto, una gran población. Lo que Set tenía de especial, y lo que también puede haber sido el caso de los demás patriarcas en esta lista, es que él era un hijo a la semejanza de su padre, según su imagen.
Lo importante de estas edades elevadas es también que nos enseña que el Henoc en la genealogía de Caín y el Henoc en la genealogía de Set pueden referirse a la misma persona. El hecho de que su padre verdadero (Yéred) y su padre supuesto (Caín) esten separados muchas generaciones entre sí, y que el primero nació por lo menos 460 años antes que el último, no significa nada ya que Noé tuvo a sus hijos cuando tenía 500 años.
Para descubrir que el Henoc en estas dos genealogías puede referirse a la misma persona debemos sin embargo también darnos cuenta de que debido a las relaciones extramaritales un linaje puede ser verdadero o supuesto, y que el Génesis reconoce esta realidad al basar los linajes verdaderos en el principio ‘padre engendró a hijo’ y utilizar para los linajes supuestos formulas como, por ejemplo, “Caín conoció a su mujer y ella se quedó encinta y dio a luz a Henoc.” La gran diferencia entre investigar el linaje femenino de tu madre (siempre de hija a madre) y el linaje masculino de tu padre (siempre de hijo a padre) es que puedes estar seguro del primero, pero no del último. Cada vez que remontas en el tiempo una generación debes realizar otro test de ADN, ya que un niño no es necesariamente el hijo del marido (pareja) de su madre.
Sólo cuando nos damos cuenta cómo estas edades elevadas afectan a las genealogías y que debido a las relaciones extramaritales un linaje puede ser verdadero o falso, estamos listos para descubrir los secretos en las genealogías. Es sólo entonces cuando nos damos cuenta de que la información en el Génesis referente a las relaciones familiares nos permite dibujar árboles genealógicos que revelan varios casos de relaciones extramaritales y de incesto y endogamia.
Honra a tu padre y a tu madre                                                                                         
Uno de los Diez Mandamientos dice: “Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que Yahveh, tu Dios, te va a dar.” (Ex20:12) La mayoría de la gente sólo conoce la versión corta de este mandamiento y suele pensar que simplemente nos pide respetar a nuestros progenitores. Pero este mandamiento significa mucho más: para poder honrar a nuestros progenitores es imprescindible saber quiénes son. Sólo cuando sabemos quiénes son nuestros padres, podemos evitar el incesto y la endogamia, de esto se trata realmente este mandamiento.
Cuando ahora nos fijamos otra vez en el gráfico que ofrece las edades de los primeros 20 patriarcas (10+10 o 7 y 13), vemos que las de Henoc y Péleg llaman mucho la atención. Henoc, el séptimo de la lista, era el segundo en morir, y Péleg, el decimoquinto, el décimo en morir. ¿Qué tenían Henoc y Péleg en común? El hecho de que ambos creían que su padre era otra persona mucho mayor. Mientras que Henoc fue criado por Caín[ii], Péleg lo fue por Sem[iii].


NOTAS:
[i] Todas las Biblias de hoy en día se basan en una de estas tres versiones.
[ii]Cuando nos damos cuenta de que por culpa de las relaciones extramaritales algunos linajes son verdaderos y otros falsos, y nos damos también cuenta de que el Génesis nos anima a descubrir cómo el Henoc y el Lamék en las genealogías de Caín y de Set pueden referirse a las mismas personas, descubrimos por fin que este libro sugiere que Yéred, un descendiente de Adán, tuvo a Henoc de la mujer de Caín.
[iii] El Génesis dice que Sem engendró a Arpaksad; que Arpaksad engendró a Sélaj; que Sélaj engendró a Héber; y que Héber engendró a Péleg. Ya que también dice, “también le nacieron hijos a Sem, el padre de todos los hijos de Héber” sugiere que Héber engendró a Péleg de una de las mujeres de Sem y que Sem por lo tanto actuó como un padre para Péleg.
Algunas versiones de la Biblia señalan: “también le nacieron hijos a Sem, antepasado de todos los hijos de Héber.”, porque el traductor de este texto sabía que ‘padre’ se utiliza también en un sentido más amplio: Yabal, por ejemplo, era el padre de todos que habitan en tiendas y crían ganado. Por lo tanto, creía que era a esto a lo que el autor se refería, ya que simplemente no podía imaginarse que realmente Sem podía ser el ‘padre’ de los hijos de Héber. Creó así una nueva incógnita, ya que esta información sobre Sem siendo el antepasado, y no el padre, de todos los hijos de Héber, es completamente superflua y ahora uno debe preguntarse por qué el Génesis no dice también que Sem era el antepasado de todos los hijos de Arpaksad, o de todos los hijos de Sélaj.





Una de las más grandes contradicciones en el Génesis es que Dios avisa a Adán y Eva que después de comer la fruta prohibida morirán y, sin embargo, la comen y no mueren. ¿Por qué el Génesis se contradice a si mismo? ¿Cómo explicamos que la serpiente, que asociamos con el diablo, dice la verdad cuando dice que Adán y Eva no morirán después de comer la fruta prohibida?
El hecho de que Dios dijo a Adán que el día en que comiera de la fruta prohibida iba a morir ‘sin remedio’ nos da la idea de que en tiempos del paraíso Adán y Eva fueron inmortales. Por lo tanto, conviene reflexionar sobre esa inmortalidad. Suponemos que se refiere a no ‘morir nunca’, pero cuando tenemos en cuenta el principio de la reencarnación vemos que también puede referirse a la capacidad de recordar las vidas pasadas. Al recordar nuestras encarnaciones anteriores sabemos que después de esta vida nos reencarnemos y, por tanto, que la vida sigue.
La idea de la vida que se renueva continuamente es mucho más atractiva que la de no morir nunca, que parece más bien un infierno. ¿A quién no le gustaría poder pasar por las diferentes etapas de la vida? ¿Quién no echaría de menos el placer de ver crecer a las nuevas generaciones?
El no poder recordar vidas pasadas explicaría la 'supuesta’ contradicción que encontramos en el Génesis. Cuando Dios dice que el día que Adán comiera del árbol de la ciencia del bien y del mal moriría sin remedio, le comunica que al no recordar sus vidas pasadas, ya no tendrá la certeza de que la vida sigue después de la muerte. Aunque después de comer la fruta prohibida no muere físicamente, muere espiritualmente, porque a partir de ese día teme la muerte más que ninguna otra cosa, por la inseguridad que ahora conlleva morir.
La razón por la que tantas personas rechazan la idea de la reencarnación es porque no son capaces de recordar sus vidas pasadas. ¿Y si es por haber comido la fruta prohibida por lo que no recordamos nuestras vidas pasadas? ¿No es toda la violencia que hemos sufrido por culpa de los demás, y toda la violencia que hemos causado a los demás, una experiencia tan traumática, para preferir no recordar nuestras vidas pasadas?
Las similitudes entre las genealogías en el Génesis y en los evangelios
Las genealogías en los evangelios son, sin lugar a duda, la obra de alguien que descubrió los secretos en las genealogías en el Génesis. Ambas genealogías reconocen el hecho de que debido a las relaciones extramaritales un linaje puede ser verdadero o supuesto. Mientras que el Génesis y el Evangelio de San Mateo basan sus linajes verdaderos en el principio ‘padre engendró a hijo’, para los linajes supuestos el Génesis utiliza formulas como, por ejemplo: “Caín conoció a su mujer y ella se quedó encinta y dio a luz a Henoc” y el Evangelio de San Lucas utiliza la formula: “Jesús era, según se creía, hijo de José, hijo de Helí…”
San Mateo, que ofrece el verdadero linaje de Jesús, dice que hay 14 generaciones desde Abraham hasta David, desde David hasta la deportación a Babilonia, y desde la deportación a Babilonia hasta Jesús. Ya que San Mateo sugiere que el linaje especial de Jesús atrajo cada 14 generaciones un espíritu especial, hemos investigado qué generación marca la deportación a Babilonia y quién está separado de Abraham 14 generaciones regresando en el tiempo. Descubrimos que Josías marca la deportación a Babilonia. Él es especial porque impuso una importante reforma religiosa. Descubrimos también que Henoc está separada 14 generaciones regresando en el tiempo. Él es especial porque el Génesis dice de él que anduvo con Dios y que Dios se lo llevó cuando tenía 365 años.
Henoc es también especial porque cuando reflexionamos sobre cómo siete parejas de criaturas puras repueblan la tierra mientras intentan evitar la endogamia, vimos que si un linaje masculino se cruza sucesivamente con cada una de los siete linajes femeninos, 8 generaciones más tarde, es otra vez el turno del primer linaje femenino. Por lo tanto, Dios, la generación anterior a Adán, tuvo algo en común con Henoc.
Cuando tenemos en cuenta que todo el mundo es el resultado del cruce del linaje femenino de su madre (siempre de madre a hija) con el linaje masculino de su padre (siempre de padre a hijo), podemos preguntarnos qué ocurre cuando varias generaciones más tarde estos linajes vuelven a cruzarse. ¿Atraen quizás el mismo espíritu cada vez que se crucen? ¿Es esto a lo que el Génesis se refiere al mencionar las siete parejas de criaturas puras que debieron repoblar la tierra? ¿Es esto a lo que el Evangelio de San Mateo se refiere cuando señala que hay 14 generaciones desde Abraham hasta David, desde David hasta la deportación a Babilonia, y desde la deportación a Babilonia y Jesús?
Ya que sólo cuatro parejas sobrevivieron al gran diluvio, antes del gran diluvio era cada 7 generaciones y después del gran diluvio cada 13 generaciones es cuando este linaje masculino y este linaje femenino se cruzaron. El ADN de estas otras tres parejas de seres humanos puros sobrevivió, por supuesto, en el ADN de las cuatro parejas de seres humanos que sobrevivieron ya que los linajes masculinos se cruzaron sucesivamente con cada uno de los siete linajes femeninos y los linajes femeninos se cruzaron sucesivamente con cada uno de los siete linajes masculinos.
Si Jesús no era sólo un descendiente de Abraham, siguiendo un linaje estrictamente masculino, siempre de padre a hijo, sino también una reencarnación de Abraham, no debe sorprendernos que él descubriera los secretos en el Génesis, ya que este libro se basa mucho en las aventuras de Abraham, y el judaísmo empieza con él.
¿Y si el Mesías es la Segunda Venida de Jesús?
Mientras que los cristianos consideran que Jesús es el Mesías, los judíos aseguran que no lo es, ya que él no restauró la armonía, y esto es lo que ellos esperan del Mesías. Ya que los cristianos creen en la Segunda Venida de Jesús, podemos preguntarnos si quizás la Segunda Venida de Jesús restaurará la armonía y los primeros cristianos creían que Jesús era el Mesías porque creían en la reencarnación y sabían que la Segunda Venida de Jesús terminaría el trabajo que Jesús empezó.
Los cristianos creen que Jesucristo murió en la cruz sin haber tenido descendencia. ¿Cómo pueden suponer que este linaje tan especial que une Adán con Henoc, Abraham, David y Josías se perdió con Jesús? ¿Cómo pueden suponer que la Segunda Venida de Jesús no tendrá nada que ver con Jesús? ¿No es lógico suponer que la Segunda Venida de Jesús será un descendiente de Jesús por ese linaje especial? ¿No es lógico suponer que muchas generaciones más tarde este linaje masculino especial del padre de Jesús y este linaje femenino especial de la madre de Jesús se cruzarán de nuevo y atraerán así el mismo espíritu? ¿Cómo pueden ignorar que las catorce estaciones del Vía Crucis deben hacerles recordar a las catorce generaciones que hay entre Henoc y Abraham, entre Abraham y David, entre David y Josías, y entre Josías y Jesús? ¿Cómo pueden ignorar que la crucifixión y el Vía Cruces se refieren a cómo los descendientes de Jesús iban a casarse entre sí para, varias 14 generaciones más tarde, conseguir un clon de Jesús: su Segunda Venida?[i]
Para los cristianos la crucifixión es muy importante porque creen que Jesús consiguió salvar a la humanidad muriendo en la cruz. No se dan cuenta de que la idea de la crucifixión de Jesús (que encontramos en la Biblia) y la de dividir el Vía Crucis de Jesús en catorce estaciones (que no está en las Sagradas Escrituras) necesitan alguna explicación. ¿Cómo llegaron los cristianos a pensar que Jesús salvó a la humanidad? ¿Hubiera salvado al mundo si en vez de morir en la cruz lo hubiera hecho en un accidente, por una lapidación, o simplemente por vejez? ¿Por qué se divide el Vía Crucis en 14 y no, por ejemplo, en 12 o 23 estaciones? Cuando buscamos respuestas y reflexionamos sobre este asunto nos damos cuenta de que la crucifixión simboliza al mismo tiempo una realidad oculta: el plan mesiánico que va de Jesús a su Segunda Venida.
¿Era Barrabás el hijo de Jesus?
En los evangelios encontramos el relato sobre Pilatos que deja elegir a la gente entre liberar a Jesús o a Barrabás. Mientras que san Mateo sólo dice de Barrabás que era un preso famoso (Mt27:16); según san Juan era un salteador (Jn18:40), y según san Marcos y san Lucas estaba encarcelado con aquellos sediciosos que en el motín habían cometido un asesinato (Mc15:7/Lc23:19). Sin embargo, en arameo, el idioma que hablaban los judíos en aquellos tiempos, ‘bar’ y ‘abba’ significan ‘hijo’ y ‘padre’, así que literalmente ‘Barrabás’ quiere decir ‘hijo del padre’.
El hecho de que Pilatos deje elegir a la gente entre Jesús y otra persona que se llama ‘el hijo del padre’ sugiere entonces que Pilatos había apresado al hijo de Jesús.[ii] Esto significa que los judíos no tuvieron otra elección. Si hubieran optado por Jesús, éste se sentiría culpable por la muerte de su hijo. Además, al elegir a Barrabás optaron por su linaje especial que, tantas generaciones más tarde llevaría a la Segunda Venida de Jesucristo.
Esta nueva interpretación del relato sobre Barrabás explica por qué sólo unos días después de su entrada triunfal en Jerusalén los judíos gritaran a Pilatos que Jesús debía ser crucificado. Esto sólo se entiende al tener en cuenta que habían decidido salvar a su hijo.
Reflexionando sobre la reencarnación
Aunque mucha gente supone que después de morir un alma elige libremente el cuerpo en el que se reencarna, es lógico suponer que, al igual que todo lo demás en el universo, existen ciertas leyes que rigen nuestras reencarnaciones y, por tanto, que nuestras futuras reencarnaciones siguen un cierto patrón.
Referente a Henoc, Abraham, David, Josías y Jesús, parece que primero cada 7 generaciones y después cada 13 generaciones, el linaje especial de Jesús atrajo el mismo espíritu. Por lo tanto, el patrón de nuestras reencarnaciones puede seguir el patrón del linaje femenino de nuestra madre y del linaje masculino de nuestro padre.


Referente a este patrón, es importante darse cuenta de que no es así que cada uno de estos siete primeros patriarcas llega a la edad de 7 veces 120, sino que lo hacen en su conjunto. Esto sugiere que la edad de cada patriarca está relacionada con la edad de los demás seis patriarcas
Las preguntas que debemos formular relacionado con la reencarnación son:
 -¿Puede un alma reencarnarse cuando el cuerpo en el que tiene que reencarnarse no está listo?
 -Si la tierra es limitada y también sus recursos, ¿no significa esto cuando hubo armonía también hubo una cantidad limitada de almas?
-¿Qué ocurrió con todas las almas de la gente que murió durante el gran diluvio?
-¿Existe quizás otro mundo donde un alma espera hasta que el cuerpo en el que tiene que reencarnarse está listo y puede regresar a la tierra?
-¿Cómo afecta un asesinato al patrón de las reencarnaciones de una persona?
-¿Se refiere el Génesis a esto cuando dice que la muerte de Caín será vengado siete veces?
-Cuando Caín pregunta a Dios: “Soy yo el guardián de mi hermano?”, ¿se refiere a cómo él debe ahora producir descendencia para Abel?”
-¿Produjo Caín descendencia para Abel y es por esta razón que encontremos en la genealogía de Caín que Sil-lá ‘engendró’ a Tubal-Caín y que su esposo dice entonces, “Adá y Sil-lá, oíd mi voz; mujeres de Lámek, escuchad mi palabra; yo maté a un hombre por una herida que me hizo y a un muchacho por un cardinal que recibí. Caín será vengado siete veces, más Lámek lo será setenta y siete.”?
-Si más adelante nos reencarnamos en un descendiente siguiendo el linaje de los primogénitos, ¿es pasar toda la herencia al primogénito una manera egoísta de preocuparse por el propio futuro?
- Si más adelante nos reencarnamos en un descendiente siguiendo el linaje de los primogénitos, ¿se puede prolongar la vida matando al hijo primogénito?


La alianza de Abraham
Cuando nos fijamos en los recuadros, no sólo vemos una diferencia entre las edades de los 10 patriarcas que vivieron antes del diluvio universal y los 10 patriarcas que vivieron después del diluvio universal, sino que también durante la vida de Abraham y Isaac mueren todos los patriarcas desde Abraham hasta Téraj.
Lo que ocurrió durante la vida de Abraham que hizo que la gente ya no logró prolongar más su vida – sólo unas generaciones después de Abraham la gente ya no logró vivir más de 120 años – es que existió la costumbre de matar al primogénito y que Abraham puso fin a esta tradición. Ni sacrificó a Ismael, el hijo que tuvo con Hagar[iii], ni a Isaac, el hijo que tuvo con Sara.



NOTAS:
[i] Las palabras ‘cruzar’ y ‘crucifiar vienen ambos de la raíz ‘cruz’.
[ii] Tradicionalmente se ha pensado que Jesús sólo tenía unos treinta y tres años cuando murió, porque, según san Lucas, tenía unos treinta años al comenzar y se considera que su ministerio duró 3 años. Esta edad parece demasiado joven para tener un hijo acusado de ser un rebelde. Sin embargo, quienes más tarde estudiaron los datos sobre los días en que nació y que murió han calculado que Jesús tenía cerca de cuarenta años cuando fue crucificado y hoy incluso el Vaticano supone que tenía entonces esa edad.
[iii] Mientras que el Génesis se refiere sólo al sacrificio de Isaac, los musulmanes están familiarizados con un relato similar sobre Ismael, que según ellos es el padre de todos los árabes.